Para este reto las Boss nos proponen acercarnos a la gastronomía de nuestros antecesores y nos vamos a la GASTRONOMIA DEL SIGLO DE ORO ESPAÑOL y nos acercan como ayuda el libro de Juan de Altamiras, Nuevo arte de cocina: Sacado de la escuela de la experiencia. Gracias al cosmopolitismo de los franciscanos españoles, que viajaban por América y Europa, Juan de Altamiras pudo introducir ingredientes del Nuevo Mundo como el tomate o las patatas, recetas de origen italiano como los passatelli o técnicas venidas de Francia y entonces revolucionarias, como el espesado de salsas con harina. Nacido en La Almunia (Zaragoza), en una zona de fuerte implantación morisca y judía antes de las nefastas expulsiones, también incorporaba la herencia culinaria de ambas comunidades, en un sutil gesto de tolerancia religiosa. Yo para este reto he elegido una receta que en mi casa era muy cocinada, la cabeza de cordero asada, y que Juan de Altamiras la describe con el lenguaje de la época de la forma que sigue:
Una cabeza de Cordero.
Partirás dicha cabeza por medio, y levantarás con la punta del cuchillo las ternillas, por si está sucia, y la lavarás: limpia que sea, la compondrás así: le pondrás dentro peregil , ajos majados, un polvo de pimienta, sal, y un bocado de tocino delgado entre magro y gordo, la atarás en una hebra de hilo, y la embolverás en un pliego de papel de estraza, la asarás, y se enternecerán hasta los huesos; pero no los comas.
Con esta receta participo en el reto Cooking The Cheff del mes de junio de 2021
Ingredientes para dos personas:
2 cabezas de cabrito abiertas por la mitad
unos dientes de ajo
2 patatas
perejil
sal
pimienta
aceite de oliva
unas ramas de tomillo
unas ramas de romero
Preparación:
lo primero que hacemos es limpiar bien las cabezas de las impurezas que puedan tener. Las lavamos a conciencia y las escurrimos y secamos.
Precalentamos el horno a 200 grados.
Las colocamos en una bandeja de horno recubierta de papel de horno y salpimentamos al gusto.
Preparamos un majado de ajo, perejil y aceite de oliva y con el untamos bien la superficie de las cabezas.
Aunque en la receta original no lleva patatas, yo le he puesto una patata partida por la mitad para cada comensal, untada de aceite de oliva y salpimentada.
Metemos al horno y mantenemos durante 50 minutos. Sacamos y bien calentitas las disponemos en los platos de servir.
Catina, me encanta toda la casquería, pero yo tengo un problema con las cabezas. Ni los boquerones pueden llegar con la cabeza a casa porque soy incapaz de tocarlas. Aplaudo tu decisión en hacerlas proque se que están buenísimas.
ResponderEliminarBss
Elena
¡Mi padre te haría la ola tres veces si la viese!
ResponderEliminarNunca lo he hecho, a mi padre le encantaba y mi madre se la hacia mucho. Pero nunca lo probé, las cabezas no me gustan de nada, bueno , si me gustan las cabezas de los salmonetes pequeñitos fritos. Mi padre decía que era una exquisitez y le gustaba con la sesada. Muchos besos.
A ver como le decía a Gloria con sus patitas de cordero, ésta es una receta que no pediría en ingún restaurante, pero sé que es un manjar delicioso. Has sido valiente de hacerla y te felicito. Seguro que está buenísimo. Gracias!
ResponderEliminarOhhh..nunca he comido cabezas de ningun animal...y se que son manjares. Supongo que te han quedado deliciosas y las habeis disfrutado muchisimo y eso es lo que cuenta!
ResponderEliminarAbracitos!!!
Nunca las he preparado y la verdad es que las cabezas me tiran un poco para atrás, aunque sé del cierto que son un manjar exquisito, estupenda aportación!
ResponderEliminarun beso
Catina qué recuerdos me has traído... A mi querida abuela Elisa le encantaban. Y en mi familia pasa lo mismo que con los caracoles. A la mitad le gustan y la otra no pueden ni verlas. Besos.
ResponderEliminarHola, nunca la he preparado pero mi suegra la hacía mucho y a ella le encantaba. Qué rica receta, de esas de siempre que traen buenos recuerdos. Un beso
ResponderEliminarNo soy amante de la casquería en general, pero seguro que a quien le guste disfrutaría muchísimo con tu plato. Me parece una aportación interesante!
ResponderEliminarBesos
Aunque en mi casa se comían, no es un plato que me guste, eso sí parece que te han quedado muy apetitosas.
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